El desayuno debe cubrir al menos el 25% de las necesidades nutritivas de la jornada. En la etapa escolar conviene que el desayuno contenga algún lácteo, cereales (pan, cereales, galletas)y zumo natural o pieza de fruta.
Está demostrado que un buen desayuno tiene un papel importante en el rendimiento académico y reduce el riesgo de padecer obesidad.